Un castillo financiero de naipes

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José B. González.

Por José B. González

Los naipes son cartas que con frecuencia se utilizan como parte de distintos juegos de mesa. Así mismo, los recursos financieros que con tanto esfuerzo conseguimos, pueden ser usados no solo para suplir necesidades de nuestras familias, sino que también pueden ser «apostados» en juegos de azar, usados en «inversiones» riesgosas o empleadas en unos esquemas de estructura financiera de altos vuelos y de frágil base.

En tal sentido, esos medios de cambio o medios de pago pasan a ser parte de un esquema aleatorio de búsqueda de beneficios especulativos que prometen mucho con poca inversión.

Con los naipes se puede, por diversión, crear un castillo de naipes de forma piramidal que puede elevarse hasta una altura considerable, lucir bello y atractivo; pero que, con cualquier movimiento o «brisa» puede tambalearse y ceder la débil estructura.

Así mismo, es la bonanza esperada de las promesas financieras de los instrumentos y negocios que se hacen sobre la base de elevadas expectativas creadas e instaladas en nuestras mentes atraídas por el imán de las pasiones que genera la alta rentabilidad prometida puede parecer prometer un paraíso terrenal amparado en lo que puede ser la ilusión monetaria que genera una «burbuja financiera» o un negocio hiperinflado de ventajas inciertas que en cualquier momento podría reventar.

Ni las personas, ni las empresas, ni las instituciones pueden sustraerse de ese tipo de atractivas ofertas mercadotécnicas que en alguna ocasión pueden tocar a la puerta de nuestros intereses y deseos de inversión, que pueden ser conquistados ante promesas de mejoras cualitativas y cuantitativas cuasi- instantáneas.

Esquemas piramidales, algunos tipos de supuestos «trading» (no todos), cripto inversiones digitales de dudosa confiabilidad, pueden ser formas de vender la idea de dinero rápido, dinero fácil, con poco esfuerzo y sin muchos requisitos.

En buena gestión económica y financiera, principios como «Mientras mayor es el margen de ganancia esperada asociada a un producto o activo financiero, mayor es el riesgo asociado al mismo.» deben advertirnos del cuidado necesario al invertir en activos financieros que expresan monetariamente uno de los recursos más importante con que contamos: nuestro tiempo en general o del tiempo que hemos dedicado a obtenerlos en particular.

Experiencias como las que, de forma recurrente, nos venden la idea de dinero gratis ( en negocios como «money free», «telex free») o la ilusión de formas instantáneas de conseguir riquezas en esquemas piramidales como los ponzis, constituyen ejemplos de ese tipo de «movimientos» que pueden hacer colapsar el castillo de naipes financieros instalados en el imaginario colectivo de una comunidad «virtual» creada con entes económicos «reales» que, con una arquitectura financiera de ilusiones, pueden ver hacerse añicos más sueños y deseos que los fondos perdidos en jugadas financieras desacertadas.

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