DIARIO PAIS, SANTO DOMINGO.- El sujeto llamado «el Panadero», ese mequetrefe de marca mayor, fue condenado hoy a 30 años de cárcel por violar y matar a la niña Liz María, cuyo cadáver lanzó en las aguas del mar Caribe y no fue recuperado nunca más.
Los familiares de la víctima se mostraron alegres y hasta lloraron de satisfacción y agradecimiento por la sentencia máxima en casos como este.
El Panadero es un depravado sexual, una bestia sucia y asquerosa. Ese monstruo salvaje confesó su crimen y contó lo sucedido.
Dijo que manoseaba a la niña sentada en sus piernas cuando ésta iba a su casa en el Ensanche Isabelita, y la pequeña hasta llegó a pedirle un celular. Ese día, en agosto de 2020, la niña fue a su casa a recibir el regalo, pero el hombre le dijo que tenía que borrarle algo. Entonces él volvió a tocarla y a manosearla, y ella se asustó y trató de huir. Pero el tipo la agarró y la estranguló. Después metió el cadáver en una funda y lo tiró al mar Caribe.
¿Dónde estaba la familia de la niña cuando todo eso pasaba? ¿Y era que no se daban cuenta de lo que estaba ocurriendo? Dios mío, ¡cuánta irresponsabilidad! Oh, Señor. Los padres deben saber cada paso que dan sus hijos y no permitirles ese libertinaje y desenfreno.
Algunos hasta «venden» a sus hijas. ¡Cuánta podredumbre!
