A propósito de Chile

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Luis Taveras.-

Reflexiones de Luis Taveras

El pasado domingo se desarrolló en Chile un plebiscito para determinar si se aprueba o no un texto constitucional que elaboró una Asamblea Constituyente elegida para tal efecto (154 miembros). Dentro de ese cuerpo (que cesó sus funciones en junio pasado) hubo representaciones diversas.

Ya antes (en el 2020, en plena pandemia) el 80 % había aprobado en una consulta popular que ese país debía darse una nueva Constitución.

¿Qué pasó entonces? Sencillo: la sociedad chilena no votó ayer domingo en contra de una nueva Constitución sino de un texto que de forma incorrecta fue presentado en una circunstancia y en un momento equivocado. Las sociedades solo pueden bailar con la música que le es reconocida por el nivel de comprensión y entendimiento propio de la construcción histórica de su conciencia. Ese texto constitucional fue presentado con una profundidad que no fue asimilada; la sociedad no se vio representada en toda su diversidad y lo peor aún: sus expectativas de cambio constitucional fueron castradas por la obsolescencia radical de un perfil fuera de época. La derrota, por tanto, no fue del cambio constitucional, sino de un texto que no reflejaba la multiculturalidad y la diversidad política que hoy prevalece en esa sociedad aún en efervescencia de cambios y transformación.

No triunfaron los de antes; al contrario, parte de los de ahora no supieron interpretar esos deseos actualizados de transformación que se han anidado en ese pueblo para canalizarlos y procesarlos por el bien de todo Chile. La consecuencia de esa forma inadecuada de hacer política recaerá en el gobierno de Gabriel Boric.

Retomar con nuevos y frescos bríos los desafíos y retos del cambio constitucional debe ser la orientación principal.

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