Aun así, las consecuencias del calamitoso viaje de Zelensky a Washington son cada vez mayores.
Acuerdo de minerales no está sobre la mesa «en este momento» tras disputa entre Trump y Zelensky, dice secretario del Tesoro
El asesor de seguridad nacional de Trump, Mike Waltz, dijo a Dana Bash de CNN en “State of the Union” este domingo que la administración ahora cuestiona si Zelensky realmente quiere poner fin al conflicto.“Necesitamos un líder que pueda tratar con nosotros, eventualmente tratar con los rusos, y poner fin a esta guerra”, dijo Waltz. “Si se hace evidente que las motivaciones personales o las motivaciones políticas del presidente Zelensky son divergentes de poner fin a los combates en su país, entonces creo que tenemos un verdadero problema en nuestras manos”.
El comentario de Waltz subraya la posición de Estados Unidos de que la guerra debe terminar como sea, mientras Trump se apresura hacia un acercamiento con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, tras culpar falsamente a Zelensky de la invasión no provocada.Pero el primer ministro británico, Keir Starmer, encabezó el domingo en Londres una reunión de líderes occidentales que dieron la bienvenida a Zelensky como invitado de honor. En un acto altamente simbólico, el rey Carlos III concedió a Zelensky una audiencia de una hora, días después de invitar a Trump a una segunda visita de Estado. Starmer prometió una “coalición de voluntarios” para armar y defender a Ucrania, y volvió a advertir que cualquier paz duradera necesitaría garantías de seguridad estadounidenses que Trump aún no ha ofrecido.Y Francia y el Reino Unido también propusieron una tregua limitada de un mes en Ucrania, según declaró el domingo el presidente Emmanuel Macron al diario Le Figaro. Zelensky dijo estar al tanto de la propuesta, pero no precisó si estaba de acuerdo con ella.El agresivo esfuerzo de liderazgo europeo se produjo mientras Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, dijo que los aliados de Ucrania necesitaban convertir al país en un “puercoespín de acero indigerible para los potenciales invasores”.Cómo el enfrentamiento del Despacho Oval cambió la dinámicaLa extraordinaria escena del viernes, cuando Trump y el vicepresidente J.D. Vance increparon a Zelensky -y luego lo echaron de la Casa Blanca- es ya un momento imborrable en la historia de la política exterior moderna de Estados Unidos.La bravuconada del líder de una nación democrática en el marco de la embestida ilegal de un tirano ruso que ha matado a miles de civiles envió ondas de choque a Washington y a todo el mundo. Los críticos de Trump le acusan de ponerse del lado del invasor en un repudio de todos los valores de la política exterior estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial.Para los partidarios de Trump y sus principales subordinados, sin embargo, la reprimenda a Zelensky fue un triunfo. Argumentan que proyectó fuerza y personificó la política de “Estados Unidos primero” que ha transformado el papel global de la nación.
Los comentarios acalorados y las proclamaciones de que Occidente está acabado en los últimos días pueden haber sido catárticos para todos los implicados. Pero difícilmente sirven a la causa de la paz o a los intereses de los actores clave -aparte de Putin, que debe estar disfrutando de la escisión de Occidente-, desde hace tiempo su principal objetivo en política exterior.
El intenso intercambio entre Trump y Zelensky deja en evidencia el giro de EE.UU. hacia Rusia
Los miembros del Gabinete de Trump acudieron a los programas dominicales de noticias por cable para elogiar a su jefe. Sin embargo, la furia del viernes socavó la afirmación de que Trump es un magistral negociador y el único hombre vivo que puede poner fin a la guerra. Está claro que el único plan de Trump era imponer un acuerdo de paz en Ucrania tras ofrecer múltiples concesiones a Putin. Y el enfrentamiento hizo descarrilar una propuesta de acuerdo para que EE.UU. explotara los minerales de tierras raras de Ucrania, que Trump veía como una enorme victoria personal. Su insistencia en que es un pacificador mundial y su intento de ganar el Nobel de la Paz parecen ahora más irreales que nunca.
La pérdida de sangre fría de Zelensky contribuyó al cataclismo diplomático, aunque intentara explicar a Vance y a Trump por qué Ucrania se muestra escéptica ante una paz que no incluya garantías, después de que Putin haya destrozado repetidamente los acuerdos. Es difícil imaginar cómo Zelensky podrá llegar a sentarse en una mesa de paz con Trump, y el presidente estadounidense podría decidir ahora recortar la ayuda pendiente, la inteligencia y otros apoyos a Ucrania que podrían obstaculizar a sus fuerzas en el campo de batalla.
El drama en el Despacho Oval llevó a los aliados europeos de Estados Unidos a una acción de emergencia. Ahora pretenden proteger a Zelensky de Trump y esperan elaborar un marco de paz viable que puedan entregarle como base para las conversaciones con Putin. Pero si EE.UU. se aleja de Ucrania, la capacidad de Europa para llenar el vacío es cuestionable, en gran parte debido a sus años de recorte del gasto militar, su erosionada base de producción militar y su propia dependencia de la seguridad estadounidense.