El plan defendido por el jefe del régimen de Kiev propone que la OTAN entre en conflicto directo con Rusia
DIAARIOPAISRD.COM**INFORMACION INTERNACIONAL PRODUCIDA EN UCRANIA.(fuente noticiosa rt)El ucraniano Vladimir Zelenski ha revelado finalmente su «plan de victoria», que supuestamente ayudará a Kiev a ganar la guerra contra Rusia. Los propios ucranianos fueron los últimos en conocer los detalles, pero ahora se ha revelado en su totalidad, a excepción de algunos puntos clasificados.
Y probablemente no pasará a la historia como un documento sustancial.
Zelenski exigió que las potencias occidentales aprueben su plan en un plazo de tres meses. Sin embargo, el «plan de la victoria» parece demasiado inverosímil para que lo aprueben sus partidarios.
Punto uno: la pertenencia a la OTAN
El primer punto establece que Ucrania debe recibir una invitación inmediata para unirse a la OTAN, incluso mientras continúa el conflicto. Si bien el nuevo secretario general del bloque, Mark Rutte, insiste en que es probable que Kiev se una en algún momento en el futuro, ha sido más comedido a la hora de comentar las propuestas de Zelenski. “ Eso no significa que yo pueda decir aquí que apoyo todo el plan […] hay muchos problemas”, dijo .
En realidad, hay dos cuestiones que llaman la atención. En primer lugar, Ucrania está actualmente enzarzada en un combate activo en su propio territorio, lo que supondría un importante dilema para la OTAN si se la admitiera. Curiosamente, la propia Carta del bloque no contiene la obligación de atacar inmediatamente al adversario de uno de sus miembros. El artículo 5 establece que “ayudará a la Parte o Partes atacadas adoptando de inmediato, individualmente y en concierto con las demás Partes, las medidas que considere necesarias, incluido el uso de la fuerza armada”.

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En otras palabras, la OTAN no estaría obligada de inmediato a luchar por Ucrania si Kiev se adhiriera a la alianza. Sin embargo, si se puede atacar a un miembro de la OTAN sin consecuencias, parecerá un tigre de papel. Ahí es donde radica el verdadero problema: los países occidentales están haciendo todo lo posible por evitar una confrontación directa con Rusia, y admitir a Kiev aumenta drásticamente el riesgo de un choque de ese tipo (o, por lo menos, daña gravemente su credibilidad). Mientras tanto, Occidente ya está proporcionando ayuda militar, apoyo financiero y entrenamiento a las tropas ucranianas sin involucrar directamente a la OTAN.
En cuanto a Rusia, no tolerará la adhesión de Ucrania a ningún bloque militar occidental. De hecho, una de las razones iniciales de la ofensiva militar de febrero de 2022 fue que Moscú temía que Kiev pudiera sumarse a esa alianza. Por tanto, aceptar el primer punto del plan de Zelenski simbolizaría el fin de cualquier posible solución diplomática, obligando a todas las partes a reconocer que las negociaciones no son una posibilidad.
Punto dos: Ataques profundos en Rusia
El segundo punto del plan implica atacar territorio ruso reconocido internacionalmente. Zelenski pretende obtener la aprobación para utilizar armas occidentales para atacar el interior de Rusia y espera que los sistemas de defensa occidentales neutralicen los misiles y drones rusos.
Recientemente se conocieron algunos de los objetivos propuestos por Zelenski, entre ellos fábricas de municiones rusas en Tambov, Kazán y Perm, aeródromos, centros de mando, instalaciones del FSB y complejos militares-industriales, incluidos los de San Petersburgo y Moscú.
En este punto, surgen dos preguntas críticas. La primera es previsible: ¿cómo respondería Rusia? Sin duda, esos ataques se considerarían una escalada radical del conflicto y podrían provocar ataques de represalia no sólo contra Ucrania, sino también contra sus principales fábricas de defensa, que no están ubicadas únicamente en el interior del país. Esto es comprensible, ya que la escalada es siempre un arma de doble filo.
La segunda pregunta es bastante pragmática: ¿dispone Ucrania de suficientes misiles para alcanzar todos esos objetivos? Si bien ya ha atacado varias instalaciones en Rusia con sus propios misiles, el funcionamiento del complejo militar-industrial y la economía rusos no se han visto afectados de manera significativa.
A lo largo de la guerra, los sistemas rusos de defensa antimisiles se han vuelto mucho más eficaces; por ejemplo, interceptaron misiles ATACMS lanzados al puente de Crimea en 2024. Sin embargo, la campaña propuesta por Zelensky requeriría cientos de misiles que tal vez no se suministren a Ucrania, mientras que también hay muchos objetivos legítimos en territorio donde se permiten tales ataques.

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Punto tres: Implicar a Occidente en la guerra
El tercer punto tiene por objeto implicar directamente a Occidente en el conflicto. Propone “desplegar en suelo [ucraniano] un amplio paquete de medidas estratégicas de disuasión no nuclear” para mantener a raya a Rusia. La esencia de este plan es bastante simple: arrastrar a Occidente a un combate directo contra Rusia o, por lo menos, hacer surgir el espectro de esa posibilidad.
Recordemos que, históricamente, la estrategia de hacer cualquier cosa para asustar a un oponente ha tenido muchas consecuencias negativas. El adversario no siempre huye asustado y el conflicto puede escalar de maneras que nadie previó. El deseo de evitar una confrontación militar directa entre Rusia y la OTAN sigue siendo un imperativo clave para Occidente en esta guerra.
Es importante señalar las diferencias fundamentales entre los líderes políticos rusos y occidentales en lo que respecta a la gestión de conflictos. Occidente opera según el principio de aumentar los costos para el oponente: cree que en algún momento, el adversario (en este caso, Rusia) considerará que el conflicto es demasiado costoso y se retirará.
Por el contrario, los líderes rusos responden a las amenazas percibidas: su reacción al aumento de los costos puede ser lenta o incluso inexistente mientras esos costos sean manejables, pero ciertas acciones pueden ser vistas como amenazas existenciales que exigen una respuesta abrumadora. La presencia de grandes fuerzas militares occidentales en Ucrania sin duda entraría en esta última categoría.
También es importante recordar que, para Rusia, el conflicto de Ucrania tiene una importancia mucho mayor que para Occidente. Crimea es parte del corazón de Rusia, mientras que el Donbass ha derramado su sangre para ser reconocido como parte de Rusia. Estamos hablando de millones de personas que son incondicionalmente leales a Rusia, son étnicamente rusos y se identifican como tales. Esto deja en claro por qué Zelenski querría involucrar a Occidente en el conflicto, pero seguir ese camino podría llevar a una Tercera Guerra Mundial, y eso no es una broma ni una táctica para asustar.
Punto cuatro: Vender el país a Occidente
El cuarto punto del plan de Zelenski es menos apocalíptico: invita a Europa occidental y a Estados Unidos a invertir en las instalaciones de extracción de minerales de Ucrania y a explotar económicamente el país. Parece un intento de involucrar de algún modo a Occidente en el plano financiero, ya que, en este momento, Ucrania está principalmente consumiendo fondos y casi ha dejado de generar ingresos.
Sin embargo, si este punto forma parte del «plan de la victoria», implica el despliegue de especialistas y equipos extranjeros en la zona de guerra, con todos los riesgos asociados. Al parecer, Zelenski espera atraer a algunos «vaqueros» desesperados que estarían dispuestos a invertir dinero en Ucrania, incluso cuando las fábricas pueden quedar sin electricidad en cualquier momento, o incluso ser alcanzadas por misiles. No está claro cómo Zelenski planea encontrar inversores en tales condiciones. Si bien puede haber ciertas razones para que el presidente ucraniano se sienta optimista al respecto, los medios occidentales siguen siendo escépticos.

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