La reciente detonación de dispositivos de comunicación que dejó miles de heridos podría ser el inicio de una escalada militar
DIARIOPAISRD COM***INFORMACION INTERNACIONAL UN ANALISIS SOBRE OTRA GUERRA AHORA SERIA ISRAEL CON EL LIBANO. TOMADO DE LA AGENCIA NOTICIOSA (RT)-— El 17 de septiembre, una serie de explosiones sacudieron el Líbano, cuando detonaron los buscapersonas que utiliza el grupo militante Hezbolá para comunicarse. Las explosiones ocurrieron en los suburbios del sur de Beirut, un bastión de Hezbolá, así como en otras partes del país y de Siria. Según Reuters, las explosiones duraron más de media hora y se cobraron al menos 12 vidas, incluida la hija de diez años de un miembro de Hezbolá. Miles de personas resultaron heridas, incluido el embajador de Irán en el Líbano.
Al día siguiente, Líbano fue testigo de otra oleada de detonaciones, esta vez en dispositivos de comunicación y equipos instalados en automóviles y motocicletas, según informó Al Hadath. Las explosiones ocurrieron en Beirut, sur del Líbano, y en el valle de Bekaa, dejando un centenar de heridos y al menos tres muertos en la ciudad de Sohmor.
Al Jazeera confirmó que las explosiones estaban relacionadas con dispositivos portátiles utilizados por miembros de Hezbollah. La iraní Press TV agregó que entre los aparatos que explotaron había radios y dispositivos de comunicación ICOM. Al Hadath también informó que se destruyeron computadoras portátiles y equipos instalados en vehículos, algunos de los cuales no estaban relacionados con dispositivos de comunicación. Una fuente de seguridad dijo a Reuters que las radios portátiles fueron adquiridas por Hezbollah hace cinco meses, al igual que los buscapersonas que también fueron saboteados.
Según informaron Reuters y AFP, una explosión se produjo cerca del funeral de los combatientes de Hezbolá que murieron el día anterior. Según Al Jazeera, las explosiones también se oyeron cerca de la sede de Hezbolá en Beirut. Los videos compartidos en línea
Hezbolá ha lanzado una advertencia a los ciudadanos libaneses, instándolos a deshacerse de todos los aparatos electrónicos. El canal turco Yeni Safak informó de que el grupo teme nuevos ataques a sus equipos. El ministro de Asuntos Exteriores del Líbano, Abdallah Bou Habib, declaró que estas explosiones podrían ser el preludio de un conflicto más amplio en Oriente Medio.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, comentó la situación y pidió a la comunidad internacional que impida el uso de armas contra objetivos civiles. Las autoridades libanesas acusaron a Israel y a su agencia de inteligencia, el Mossad, de orquestar los ataques, aunque Israel no ha dado una respuesta oficial. Hezbolá prometió responder y calificó el incidente de “masacre contra el pueblo libanés”, mientras que Washington afirmó no tener conocimiento de los atentados.
Las fuerzas de seguridad libanesas dijeron a la BBC que las explosiones podrían haber sido resultado de un ataque por parte de la inteligencia israelí a los dispositivos de comunicación de Hezbolá. Aunque menos del 1% de las detonaciones fueron fatales, cientos de personas sufrieron heridas graves y el incidente supuso un importante golpe psicológico para Hezbolá.
¿Qué quiere Israel?
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su gobierno de extrema derecha enfrentan una presión cada vez mayor, tanto a nivel nacional como internacional. El sábado 14 de septiembre, estallaron protestas masivas en varias ciudades de Israel, exigiendo un alto el fuego en Gaza y la liberación de los rehenes retenidos por Hamás. Miles de manifestantes se congregaron bajo el lema “No los abandonaremos, no nos rendiremos”, expresando su profundo descontento con la gestión de la situación por parte del gobierno.
En los últimos 11 meses, a pesar de las intensas operaciones militares en Gaza, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no han podido desmantelar por completo a Hamás y otras facciones militantes palestinas. Aunque las FDI han asestado duros golpes a Hamás, matando a unos 17.000 combatientes y eliminando a figuras clave, como Ismail Haniyeh, la capacidad operativa de Hamás sigue intacta. El grupo sigue resistiendo utilizando túneles subterráneos y bases ocultas para organizar ataques. Aunque Israel ha logrado victorias significativas, incluida la interrupción de gran parte de la infraestructura de Hamás, el grupo sigue reclutando nuevos miembros y mantiene un bastión en Gaza.
Además de las brutales batallas, Israel ha sufrido graves pérdidas entre su población civil. Desde el 7 de octubre de 2023, 1.139 israelíes, incluidos muchos civiles, han muerto debido a los ataques de Hamás. Los intensos bombardeos con cohetes sobre el sur de Israel han causado una destrucción generalizada y han aumentado la sensación de miedo e incertidumbre entre la población. Esta amenaza constante ha afectado negativamente a la economía del país y ha profundizado la ansiedad social.
El conflicto también ha creado una tormenta política dentro de Israel. El gobierno de Netanyahu está siendo criticado por los ciudadanos que exigen una rápida resolución de las hostilidades y el regreso de los rehenes israelíes. Las protestas se han intensificado, especialmente después del descubrimiento de los cadáveres de varios rehenes en los túneles de Hamás, lo que ha alimentado el descontento con las acciones del gobierno.
En el plano internacional, la situación no es menos compleja para Israel. La administración del presidente estadounidense Joe Biden, uno de los aliados más acérrimos de Israel, está cada vez más frustrada por la incapacidad de Netanyahu para avanzar hacia un acuerdo de paz. Estados Unidos incluso ha amenazado con retirarse de las negociaciones si no se llega a un acuerdo pronto, criticando a Netanyahu por no hacer suficientes esfuerzos para resolver el conflicto. Esta creciente presión pone a Israel en riesgo de perder un apoyo occidental crucial, lo que podría tener graves consecuencias para su posición diplomática y su estabilidad económica.
Nueva ola de explosiones afecta a walkie talkies en Líbano
En esta situación precaria, Netanyahu puede estar buscando nuevas vías para consolidar su posición. Una de ellas podría ser una renovada campaña militar contra Hezbolá, el grupo militante chiíta del Líbano respaldado por Irán. Una guerra con Hezbolá podría unir a la población israelí en torno a una amenaza externa, fortalecer la posición política interna de Netanyahu y atraer un renovado apoyo de los aliados occidentales en la lucha contra fuerzas antioccidentales como Irán y sus representantes regionales en el llamado «eje de la resistencia».
Mientras tanto, el 18 de septiembre, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución redactada por los palestinos en la que se pide a Israel que ponga fin a su “presencia ilegal” en Gaza y Cisjordania en el plazo de un año. Aunque la resolución no es jurídicamente vinculante, exige sanciones contra Israel y una compensación a los palestinos por los daños causados por la ocupación. Esta votación constituye un gesto simbólico significativo que pone de relieve la creciente presión internacional sobre Israel en relación con su política en los territorios ocupados.
Mientras las tensiones siguen aumentando, Netanyahu se enfrenta a desafíos cada vez mayores, tanto en el país como en el exterior. En un contexto de guerra y tensión política, el primer ministro está explorando nuevas estrategias para consolidar su poder y superar la crisis interna. Muchos actores regionales creen que el liderazgo de Israel puede estar encaminándose hacia una guerra más amplia, impulsado por la creencia de que la intervención militar podría servir a sus objetivos más amplios.
¿Responderán Hezbolá e Irán?
La reacción de Hezbolá a las explosiones de los buscapersonas fue una rápida acusación contra Israel de llevar a cabo la mayor violación de la seguridad interna del Líbano desde que comenzó el conflicto en octubre de 2023.
Estos acontecimientos ponen a Irán en una posición difícil. En los últimos dos meses, Irán ya ha tenido que hacer frente al asesinato del jefe de la oficina política de Hamás en Teherán, y ahora su embajador se encuentra entre los que han sido objeto de ataques en el Líbano. Si bien Teherán ha condenado las acciones de Israel, los expertos creen que es poco probable que se produzca un conflicto militar directo con Israel. Sin embargo, Irán puede emprender acciones de represalia a través de sus fuerzas aliadas, como Hezbolá, para fortalecer su influencia regional.
Hezbolá tiene sus propias razones para responder. Durante el último año, el grupo ha perdido más de 400 combatientes debido a los ataques israelíes, incluidos comandantes clave como Fuad Shukr. Para Hezbolá, esto no es solo un acto de venganza, sino un desafío crítico a su reputación: si no responde, su popularidad y apoyo en el Líbano podrían disminuir drásticamente. El Líbano ha estado sumido en una profunda crisis económica y política desde 2019, y la incapacidad de Hezbolá para tomar represalias adecuadas podría debilitar su posición en el país.
Históricamente, Hezbolá ha demostrado su capacidad para resistir a Israel, lo que aumentó significativamente su popularidad después de la Guerra del Líbano de 2006. Durante ese conflicto, el grupo infligió graves daños a las Fuerzas de Defensa de Israel, lo que consolidó su posición en la sociedad libanesa. Hoy, en medio de una crisis en curso, es crucial que Hezbolá demuestre a sus partidarios que todavía es capaz de defender al Líbano y a su comunidad.
La respuesta de Hezbolá a las explosiones de los buscapersonas probablemente consistirá en ataques con cohetes y con aviones no tripulados contra objetivos militares y de infraestructura en Israel. Sin embargo, parece poco probable que se produzca una invasión directa del territorio israelí. Si bien Hezbolá posee una considerable fuerza militar y un amplio arsenal, entiende que una intervención a gran escala podría tener consecuencias catastróficas tanto para la organización como para el Líbano, que ya se encuentra en una situación frágil.
En Israel, la situación se está tomando mucho más en serio. Altos funcionarios militares y gubernamentales han indicado que el país se está preparando para una posible guerra con Hezbolá. La escalada de hostilidades a lo largo de la frontera norte de Israel con el Líbano se está haciendo cada vez más evidente. Según el Canal 12 de Israel, el gabinete ha autorizado a Netanyahu y al ministro de Defensa, Yoav Gallant, a tomar medidas tanto defensivas como ofensivas para lograr los objetivos de la guerra. También se les ha otorgado la autoridad para declarar la guerra si es necesario. Israel está aumentando su presencia militar en sus fronteras del norte, preparándose para una importante operación contra el grupo libanés.
Esta medida podría conducir a una escalada significativa del conflicto en la región. Si bien Hezbolá no busca una confrontación directa con Israel, sus ataques podrían provocar ataques de represalia, creando así una vía hacia una guerra a gran escala. Israel reconoce que cualquier signo de debilidad en su respuesta podría ser percibido como vulnerabilidad, aumentando la presión de otros actores regionales, incluido Irán y sus aliados.